jueves, 17 de junio de 2010

El Aborto


Los Obispos de Españareiteran que los católicos no pueden apoyar el aborto.
El Director de la (CEE) escribió una carta al director de un diario local en la que responde a algunas declaraciones del Presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, y en la que recuerdan que los políticos católicos no pueden apoyar el aborto y si lo hacen no deben recibir la Eucaristía.
Supone un serio retroceso en la protección de la vida de los que van a nacer.
Impone en el sistema educativo la propaganda del aborto.
Católicos, además, tampoco pueden hacerlo en virtud de la coherencia con la propia fe.
No fueron admitidas a la Sagrada Comunión, personas que públicamente habían dado su apoyo o su voto a una ley que no protegía de forma adecuada el derecho a la vida de los que van a nacer.
Válida en todo el mundo para cualquier católico con independencia de filiaciones políticas.

sabana de turín


El Sudario de Turín —también conocido como la Síndone de Turín, la Sábana Santa o el Santo Sudario— es una tela de lino que muestra la imagen en negativo fotográfico de un hombre que presenta marcas y traumas físicos propios de una crucifixión, junto a otros totalmente atípicos, pero acordes con los hechos relatados en la Pasión.

Actualmente, se encuentra en la capilla real de la Catedral de San Juan Bautista, en Turín (Italia). Las opiniones sobre el Sudario son diversas: algunos afirman que es el mismo lienzo o sudario que cubrió a Jesús de Nazaret en el sepulcro, y que durante su resurrección su efigie quedó grabada en negativo de algún modo en las fibras, mientras que otros arguyen que el sudario es un fraude o falsificación medieval. El origen del sudario y sus imágenes es todavía fuente de intenso debate entre científicos, creyentes, historiadores y escritores.

La fachada de la Universidad

La plaza de San Diego, ocupada de jardines y con la estatua del Cardenal Cisneros a un costado, es el espacio que enmarca y se preside de la fachada de la Universidad. Por encargo del Cardenal Tavera, a la sazón obispo de Toledo y señor de Alcalá, se comenzó a levantar esta vistosa teoría de arquitectura y decoración renacentista, en 1537, con el diseño y bajo la dirección de Rodrigo Gil de Hontañón, arquitecto máximo a la sazón de las catedrales de Salamanca y Segovia. Fue ayudado en las tareas de talla por escultores como el alcalaino Claudio de Arciniega, Juan de Miera, Nicolás Ribero, Juan Guerra, Jerónimo Rodríguez, Antonio Sánchez, Alonso de Salcedo, Guillén de Juni, y Juan de Hermosa, entre otros, que pusieron su maestría veterana en la talla múltiple y refinada de la piedra caliza de Tamajón (Guadalajara) que fue traida desde la sierra a esta orilla del Henares. Las labores de rejería corrieron a cargo de Juan de Villalpando y Ruiz Diaz del Corral.

Es una fachada de proporciones gigantescas, compuesta por tres cuerpos superpuestos, y tres calles verticales, siendo la central de ellas la ocupada por los elementos más útiles y significativos, tanto para el uso del edificio (puerta y ventana principal) como para expresar el simbolismo del conjunto. A los lados de esta fachada aparecen sendas alas de dos cuerpos, más bajos que el central.

Merece la pena detenerse un rato ante este espectacular compendio de arquitectura plana (la cubierta de una obra cuajada de sentido intelectual) y de escultura simbólica. Es un modo muy al uso en esa época y a lo largo del reinado del Emperador Carlos de Habsburgo, de mostrar la mezcla del poder político y religioso a través de figuras y personajes que expresan un sentido iconológico más allá del puramente descriptivo, en un ejercicio muy claro de neoplatonismo que aquí alcanza el grado universitario. La puerta se enmarca por una serie de arquivoltas planas en degradación y un cordón adintelado, escoltado como toda la calle central de esta fachada por parejas de columnas de fustes estriados y capiteles de estilo corintio sobre un alto plinto. En las enjutas aparecen sendos angelotes desnudos portadores de guirnaldas, mientras que en la clave del arco otros dos seres angélicos sostienen una cartela con la leyenda AÑO 1543 que fue el de la terminación de esta obra.

El segundo cuerpo ofrece en su calle central un ventanal profusamente exornado en sus bordes, con un medallón en su frontispicio que muestra la talla de San Ildefonso, patrono del arzobispado de Toledo y titular del Colegio Mayor al que precede esta fachada. Apoyados en las columnas del vano, sendos soldados. A los lados del frontispicio, dos escudos de armas del apellido Cisneros, por el fundador primero, y cuyo escudo adoptaría como propio la Universidad. Era esta la ventana de la Biblioteca, el lugar donde se almacenaban los libros, frutos y fuentes del Saber. Las dos columnas estriadas que escoltan al ventanal se encuentran sujetas en su parte externa por dos atlantes que decididamente las mantienen, y en sus pequeños podios vemos dos representaciones de Hércules: con su clava y escudo en el lado derecho, y ahogando serpientes en el izquierdo.

Finalmente, el centro del tercer cuerpo muestra perfectamente tallado el escudo heráldico del rey de Castilla y a la sazón Emperador de Alemania, Carlos de Habsburgo, con todos sus aditamentos y timbres, añadidos de las correspondientes columnas de Hércules y cruces de San Andrés coronadas. En los intercolumnios se muestran dos figuras, identificadas como Perseo con la cabeza de Medusa en su mano, a la derecha, y Minerva con una pluma y un búho en las suyas, a la izquierda. Un frontoncillo remata esta calle central, prodigiosa, con una talla de Dios Padre en busto, bendiciendo con su mano derecha y sosteniendo en la izquierda el globo terráqueo. A modo de escocia, sobre el borde del frontón aparecen talladas cuatro figuras humanas unidas por guirnaldas de frutas; las de la izquierda son dos varones, uno joven y otro viejo, y las de la derecha dos mujeres, también una joven y otra vieja, que quizás representan el paso del tiempo sobre el ser humano. Aún por remate del todo aparece una gran cruz con el anagrama XPS en el centro.

Los paramentos de las calles laterales están ocupados por ventanales que son pequeños en el nivel inferior, y grandes en el superior. Profusión de figuras talladas en sus jambas y frontones acentúan el sentido neoplatónico que se le debe dar al conjunto. Así vemos que en los frontones de los cuatro ventanales inferiores aparecen las imágenes de los cuatro Padres de la Iglesia (San Ambrosio, San Gregorio, San Jerónimo y San Agustín), mientras que en las del nivel superior se muestran en medallones las efigies de San Pedro y San Pablo con sus respectivos atributos (las llaves y la espada), y en los plintos de sus columnas Eros y Venus en la de la izquierda, y Minerva con sus atributos femeninos y guerreros en la de la derecha.

El tercer cuerpo, a los lados de la calle central con el escudo imperial, se abre en diez ventanales, cinco en cada lado, de arquería semicircular, escoltados por columnillas que se rematan, después de mostrarnos las gárgolas para escupir el agua de la lluvia talladas con representaciones animales y humanas, en sendos florones o antorchas que suman la balaustrada y que añadidas de las de los extremos hacen la cifra de doce, queriendo representar las lenguas de fuego del Pentecostés, símbolos indudables del Espíritu Santo y del saber de la Cristiandad.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Y siente que no es oro todo lo que brilla

http://www.youtube.com/watch?v=8c4xBKBMVHs

viernes, 27 de marzo de 2009

Importancia del Papa en África


Importancia irreducible del viaje del Papa en África
El viaje apostólico del Papa a Camerún y Angola, en su arranque, se ha intentado reducir mediáticamente –“trastocando” las palabras de Benedicto XVI “en clave polémica”- a los métodos de contención del Sida. En un editorial de portada de ‘L’Osservatore Romano’ (edición vespertina fechada el 19 de marzo), su director, Giovanni Maria Vian –miembro del reducido séquito papal- traza la magnitud de este itinerario misionero del Santo Padre que abraza idealmente a todo el continente africano, que confirma en la fe a los católicos, que evidencia la colegialidad eclesial y que reclama un compromiso global porque tal es la dimensión de la crisis económica. Por su interés, traducimos el editorial.

La importancia de un viaje
Será importante, es más, ya lo es, este nuevo viaje internacional del Papa. Y lo han percibido los medios, también reduciéndolo a un solo aspecto –además trastocado en clave polémica-, o sea, el de los métodos para contrarrestar la difusión del Sida. Sí, es importante la presencia de Benedicto XVI en Camerún y Angola, como los periodistas que le acompañan han podido comprender enseguida por sus respuestas a sus preguntas mientras el avión empezaba a sobrevolar el desierto del Sahara, y como se ha desprendido de los dos primeros discursos, durante la ceremonia de bienvenida y a los obispos. Precisamente ellos han sido los primeros en su felicitación al Papa –que formula con afecto también nuestro diario- por la fiesta de su santo patrono.
La importancia del viaje tiene diversos aspectos: la visita –la tercera de un Papa en poco más de dos décadas- a dos grandes países como Camerún, presentado no sin razón como un África en miniatura, y Angola; la cercanía que también de este modo el obispo de Roma quiere demostrar a todo el continente africano, donde el catolicismo es joven y en vigoroso crecimiento, sobre raíces antiguas y con realizaciones relevantes; la dimensión colegial, que aún se acentúa más de lo que ocurre habitualmente en las visitas papales internacionales.
Este aspecto colegial del viaje africano ha sido subrayado por Benedicto XVI interrogado por su presunta soledad, una representación que le “da un poco de risa” –dijo textualmente-. Añadiendo inmediatamente que está rodeado de amigos, más aún, de una “red de amistad”, formada ante todo por el cardenal secretario de Estado y por sus más estrechos colaboradores, en un compromiso cotidiano de tipo colegial, como históricamente es el de la Curia romana, caracterizado por las habituales audiencias, por las visitas de los episcopados, por las reuniones plenarias de las congregaciones –quiso explicar a quien no quiere entender--. En una circularidad entre centro y periferia cada vez más acentuada.
En el trabajo de cada día se incluye la preparación, larga y concienzuda, de los viajes, que desde hace casi medio siglo se han convertido en una forma nueva del servicio papal. Como éste, en el que no sólo simbólicamente participan los más altos responsables de la Secretaría de Estado, sino también un cardenal obispo procedente de África, el cardenal prefecto y el arzobispo secretario (también africano) de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el arzobispo secretario del Sínodo de los obispos.
Gracias a esta preparación, en continuo intercambio con las representaciones pontificias en los diversos países y con los episcopados, las visitas internacionales del obispo de Roma dan frutos, inmediatos –como se ve en estas horas por el entusiasmo auténtico y conmovedor de los fieles camerunenses- y duraderos. Benedicto XVI viaja, como sus predecesores, para testimoniar y anunciar al Señor. Y esto tiene efectos políticos en sentido elevado. También ahora al apremiar al continente africano y a toda la comunidad internacional a un compromiso común que ayude a superar la crisis global.

Giovanni Maria Vian

viernes, 6 de febrero de 2009

frases!

25.-Es necesario salvaguardar la dignidad de la persona humana, propugnar una amplia visión de las relaciones sociales que incluya el diálogo Estado-Iglesia, que refuerce la colaboración con las instituciones civiles para el desarrollo integral de la persona y el derecho a la libertad religiosa, que facilite el libre ejercicio de la misión evangelizadora de la Iglesia y que señale el deber de la sociedad y del Estado de garantizar espacios donde los creyentes puedan vivir y celebrar sus creencias. En este contexto, la Iglesia pide hacia su misión en el mundo, manifestada en variadas formas individuales y comunitarias, la misma actitud de respeto y autonomía que ella muestra hacia las realidades temporales

17.- La protección jurídica de los derechos humanos debe ser así una prioridad para cada Estado. Con palabras de Benedicto XVI: “La justicia es el objeto y, por tanto, también la medida de toda política. La política es más que una simple técnica para determinar los ordenamientos públicos: su origen y su meta están precisamente en la justicia, y ésta es de naturaleza ética”.